La arquitectura del terror
El tren ya había pasado Nuremberg y las imágenes de Leni Riefenshtal volvían en colores mientras los espacios exclusivamente diseñados para las actividades del Partido Nacional Socialista se colaban en el paisaje.
Recordé mi reciente paso por la Praga judía donde en parte el sueño de Hitler se había hecho realidad. Corría el año 1939 y Praga al igual que el resto de Bohemia y Moravia habían sido ocupadas en poco días. No tardaron en hacerse efectivas las tristemente famosas leyes raciales, afectando drásticamente la vida del barrio. El Dr. Karel Stein, un hombre activo dentro de la comunidad judía, luchaba por convencer al verdugo de la necesidad de preservar todos aquellos artículos de interés artístico, cultural y religioso. Los nobles planes Stein convencieron al alto mando del partido Nazi quienes vieron la oportunidad de crear “el museo de la raza extinguida”. Hoy en día el museo y el barrio siguen en pie pero con otro fin aunque su nostalgia y su turismo desenfrenado generan la triste sensación de estar en un lugar de alguna raza extinguida.
Miré por mi ventana otra vez, las estaciones y el paisaje se sucedían velozmente. Abrí un libro que había comprado en esas tiendas de estación donde el olor a café se mezcla con el murmullo de los viajantes. Descubrí por casualidad la existencia de un campo de concentración algo particular. Se trataba del no tan conocido Struthof - Natzweiler, único campo construido bajo territorio francés y el primero en ser descubierto por los aliados a finales de 1944. Algo alejado del turismo y escondido en las montañas de Alsacia expone vestigios de aquella planificación fría y matemática del arte de exterminar.
Decidí visitarlo y en pocas horas me encontraba en la vieja estación de tren de Rothau. Detenida en el tiempo, recordaba la triste espera de los condenados. Ocho kilómetros cuesta arriba separan al pueblo de la estación sumergidos en un paisaje natural que los franceses llaman “Vosges Alsaciennes de Schirmeck”.
Baje por la explanada principal luego de visitar el pequeño museo que se encuentra antes de la entrada al campo. En el, una exhibición hace mención a los países y personajes nefastos que estuvieron implicados directa o indirectamente en el horror, reafirmando que la guerra no se limitó a la locura de la Alemania nazi, sino a una Europa enviciada de fascismo y con ansías de revancha.
La puerta original de la entrada al campo permanece intacta. Mis ojos se quedaron mudos ante el paisaje desolador de aquella puerta de madera y púa. Una voz amigable me despertó y me pregunto por mi entrada. Atravese la puerta sabiendo que no dependería del azar para salir de aquel lugar. Mi entrada incluía la salida.
Recorrí el lugar en silencio, el suelo de piedras rugía y me acompañaba. El terreno en declive permite ver un paisaje natural que asombra por su belleza. Me acerqué a varias construcciones y decidí entrar. Primero los lagers y el crematorio. Muy cerca la sala de ejecuciones construida con un desagüe en el centro para ocultar rápidamente la sangre. Entre en otro cuarto, mis pasos se hicieron sentir y el suelo de madera rugía nuevamente. Una ventana pequeña por encima de la cabeza dejaba a la vista unos pinos frondosos que se agitaban con el viento. ¿ Quizás la última imagen de un hombre ó de una mujer?
Seguí caminando y decidí hacer algunas fotos, representar lo irrepresentable. Un sendero me acercó a una casita elegante protegida por una tupida vegetación. Escondida del campo pero a escasos metros de el. Un cartel nos dice que se trata de la casa utilizada por el jefe del campo. Nada mal, la tranquilidad del hogar cerca del horror del trabajo, pero sin la necesidad de verlo.
Otro cartel me enseña una flecha y en letras pequeñas alcanzo a leer “Cámara de Gas”. Acuso cansancio pero en realidad ya no puedo ver más. Guardo mi cámara de fotos dándome cuenta que cínicamente aparece en función “paisaje”. Giro mi cabeza por ultima vez para observar aquellas construcciones que se esconden en el bosque a medida que me alejo.
Struthof - Natzweiler
Púa y Madera
Salida
Torreta de vigilancia
Flor
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Naturaleza muerta
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Le massif des Vosges
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