Mi primer encuentro con Europa del Este


Caminaba por las calles de Praga buscando algún lugar legítimo, alejado de las innumerables manadas de turistas que en procesión y detrás de un paraguas colorido (preferentemente fosforescente) se proponen invadir el centro. No había trazado ningún recorrido en especial, simplemente seguía el camino inverso a los paraguas.

Fueron suficientes un par de minutos para encontrarme perdido y feliz entre calles de nombres extraños y edificios que relataban algún hecho particular de la historia de la ciudad. Una nube amenazante trajo una lluvia que alentó a los transeúntes a abrir sus paraguas. Mi misión se había complicado, ahora tenía que distinguir entre paraguas de guías turísticos y paraguas de personas locales.

Cuando me proponía continuar el rumbo elegido, una gota de sol ilumino un escaparate del lado de enfrente de la cera, que reflejaba un extraño dibujo. Mi cuerpo se detuvo paralizado por el recuerdo de aquellos rasgos tan familiares. Intente cruzar la calle lo más rápido posible pero el tráfico era constante. Busque la esquina más cercana y corrí hacia el semáforo. Un tranvía me oculto por unos segundos la silueta de aquella figura pero entre sus ventanales y el pasaje en su interior pude hacer foco nuevamente en él.

El semáforo cambio pero no me di cuenta. Seguí petrificado ante tal encuentro. Una viejita con su bastón me dijo algo que no comprendí. La ayude a cruzar la calle mientras me hablaba sin saber que seguía sin comprender. Mis recuerdos se ordenaban y fluían a medida que me acercaba al dibujo.

Cuando era un niño mi padre había comprado un proyector Super 8 junto a un par de películas entre las cuales se encontraba un cortometraje de la inquietante obra de Zdenek Miler, un dibujante de la ex Checoslovaquia (hoy República Checa). El título de la obra lo recuerdo perfectamente ya que lo habíamos memorizado con mi hermano y lo usábamos en ocasiones especiales, haciendo uso de él como si se tratase de un código secreto. La lata roja conteniendo metros de celuloide decía con letra de mi padre: “Krtek a Zelena Hvezda” (algo así como “El Topo y la estrella verde”).

Recuerdo perfectamente el momento preciso del comienzo del cortometraje con ese sol brillante que anunciaba el comienzo de algo importante. Nuestro héroe es un simpático topo, símbolo del trabajador revolucionario que contribuye fielmente a la causa. Una mañana nuestro personaje encuentra en su cueva-hogar un diamante que es inocentemente confundido por una estrella. Su misión es clara: devolver el elemento a su lugar de origen.

Los esfuerzos de nuestro héroe se ven frustrados pese a la ayuda del pueblo (conejo, ranas, familia de pajaritos, etc). Un pajarraco abiertamente capitalista, roba el diamante en un acto de engaño y corrupción propia del neoliberalismo. Pero el pueblo unido logra hacerse nuevamente con el poder del diamante-estrella usurpándole el nido al pájaro y entregándoselo a la comunidad (posiblemente construirían más adelante un museo de la revolución o un centro cultural, pero ese capítulo no lo conozco).

Nuestro héroe desconsolado derrama sus lagrimas inmerso en la frustración. La luna, madre de la noche, baja hasta él para acunarlo en su cuerpo. Juntos descubren el hueco que una verdadera estrella acababa de dejar.

A la mañana siguiente el pueblo festeja y aclama a nuestro romántico héroe, que una vez más ha transformado la realidad para convertirla en sueño.

Como les dije, mi primer contacto con el este de Europa fue sin saberlo hace mucho tiempo pero las calles de Praga me regalaron el recuerdo escondido en algun rincón de la buhardilla de la casa de mis viejos.



Zdenek Miler


FAQ:

.No, la estrella no era Roja.
.Si, el diamante simboliza al capitalismo.
.Luego de la caída del muro el Topo prefirió seguir en la clandestinidad y no se sabe de su actual paradero.






Praga


Un tal Luis de Jagellón nos cuenta que hacia el año 1524, en los tiempos del soberano de Bohemia, los leones criados en el Castillo de Praga ya eran seis y que por decreto real los judíos praguenses se encargarían de suministrar la carne para la alimentación de los mismos. Probablemente la carne sería cosher y los leones se habrían encariñado con sus proveedores de alimento.

Desde tiempos inmemoriables, el león había sido usado como símbolo de los reyes checos pudiéndose encontrar repetidas leyendas al respecto. Lo curioso es que casualmente y bajo el reinado del emperador Rodolfo, en la segunda mitad del siglo XVI, vivía en la judería praguense el rabino Yehuda Löw ben Becalel creador del Golem, símbolo de la Kabbalah judía y protector del ghetto praguense.

Mientras camino por las calles del barrio Josefov, el barrio judío, me pregunto si aquella relación sería pura casualidad o contenía algún elemento oculto que la historia nunca pudo revelar. ¿Puede haber conexión o relación alguna entre el encargado de alimentar a los leones y el creador del Golem?

Durante la Guerra de los Treinta Años, entre 1618 y 1648 Praga iría perdiendo a su animal heráldico. Cuando Federico II de Prusia invade Bohemia y ocupa Praga en 1744 el último león real desaparece junto a todos sus secretos. Doscientos años más tarde, el Golem tampoco podría salvar a miles de Praguenses deportados y asesinados durante la Segunda Guerra Mundial.

Dentego mi marcha por un instante. Levanto la vista y observo el reloj del antiguo ayuntamiento judío. Apenas cinco minutos para la medianoche y el Golem probablemente estará por salir.




Atardecer



Guardia Real




El Barrio judío (Josefov)




Colores



Linea 26



Autóctono



Moldava



Atardecer II



Niños jugando



Cihelná



Vías



Moldava II



Museo de Kafka



Staré Mesto - Praha



Mural






Praga


"Fuerte lluvia. Ponte de cara a la lluvia, deja que sus rayos férreos te atraviesen, resbala por el agua que quiere arrastrarte consigo; pero, con todo, quédate, espera de pie el sol que entra súbita e interminablemente a raudales."
Franz Kafka




Se avisa grúa



Bienvenido al tranvía



Pesi Zóna



Pajerová



Enojo



Primavera de Praga



Navrátilova



www.fedog.cz




Praga






“Nací en la Dresden de la guerra y viví en la Dresden comunista”



El tren salía de la República Checa bordeando el río Elba (en alemán Elbe, en checo, Labe). La puerta del vagón se abrió dando lugar a un señor mayor, con bigotes largos y anchos. Con voz firme pidió pasaportes al pasaje en compañía de una mujer con menos bigote y al parecer más amable. Mientras tanto, una voz masculina y en alemán se hacía escuchar por los parlantes del interior del vagón. “Mi nombre es Peter, soy el capitan de este tren. Bienvenidos a Alemania”.

Junto a mi viajaba un señor mayor de origen alemán con el cual no había intercambiado palabra alguna en todo el recorrido. Al ver mi pasaporte me miro curioso por un instante y luego me pregunto hacía donde me dirigía en perfecto español. Le conté que volvía de Praga sin rumbo fijo pero con ganas de visitar algunas ciudades de la antigua República Democrática Alemana. El hombre sonrío amablemente y se presento con un fuerte apretón de manos: “Me llamo Klaus, nací en Dresden durante la guerra y viví la mayor parte de mi vida bajo el régimen comunista”.


El tren continuó su camino atravesando viejas estaciones y vestigios de lo que imagine serían construcciones del antiguo gobierno rojo. El paisaje contrastaba notoriamente con las gigantescas grúas amarillas en plena construcción y los nuevos edificios de ventanales espejados.

Klaus se ofrecería a ser mi guía turístico con la condición que aceptase bajar en Dresden. Acepte con gusto. Así fue como los dos descendimos en la nueva estación y caminamos hacia la parada del nuevo tranvía ubicado delante del Mc Donald´s y a pocos metros del Starbucks.





Klaus





Tren a Praga




Kino




Nostalgia




Nostalgia II




Nostalgia III




Nostalgia IV




Nostalgia V




Nostalgia VI





1989




Frauenkirche




Reflejos




Angel custodiado




La caída del muro




Portero




Revolución




Lotería




Puentes




Kino II




Caminos









StadtFest




Público



Chocolates




Mr. Salchicha



Revolución II




Dresden





Bob Esponja y amigos (neobarroco)




Perdidos





El tamaño no importa




Envidia




Felicidad




Caribe





Caribe II





Krusovice





Elefante





Avión y Pájaro





Achtung





La nueva Dresden




La vieja Dresden





Piedras