Los africanos no viajan, se mudan.
Eso me decía mi amigo Gilbert mientras observábamos como los buses locales se abarrotaban de gente que acumulaban bolsos, canastas y animales en donde podían. Caminábamos por el nuevo paseo marítimo de Bata, un espacio que genera una nueva actividad en la ciudad: el paseo.
Mi amigo se sorprendía a cada paso. El sol caía y la gente comenzaba un desfile tímido y cauteloso sobre aquel camino que aún resulta extraño.
- Los africanos no paseamos - me dijo un taxista mientras recitaba partes de la canción que sonaba en la radio.
- Cuando caminamos tenemos un objetivo claro. ¡Vamos hacia algún lado! Pasear es algo europeo, ¡igual que las pastas!
Comencé a digerir esa idea mientras surgían en mi cabeza las imágenes de eterna espera y del caminar errante de hombres, mujeres y niños en el paisaje africano. Mientras tanto, el sol se escondía en nubes lejanas y daba paso a los extrovertidos que llegaban simplemente para pasear.
Deambular
Errar
Pasear
Andar
Esperar
1 comentario:
doceAl Doctor Pipa lo conoci hace 27 años y me gustaria poder contactar con el de alguna manera
aparte, la narracion es muy realista
Publicar un comentario